Ajustes de cuenta
Ajustes de cuenta
“La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.”
Horacio Quiroga
Arruina y tuerce la piedra de su ignorancia. La vida pasa oculta en el brillo perdido de un sueño. El frío le alerta sobre la herida, y continúa sentado en la acera, creyendo que la sangre se había detenido al llegar a la esquina de su casa. Pobre, su sangre continuaba saltando a chorros como esas cañerías que se rompen y nadie viene a socorrerlas porque están cerca de su misma gente apestando por muerta. Recordé a Quiroga, será qué piensa que no le dispararon treinta y tres veces, que parece un colador en medio del callejón, no ve un sólo agujero en su cuerpo; piensa acaso, regresar junto a su mujer con la caja larga envuelta en papel de regalo donde está el paraguas nuevo que le había comprado.
Milagro Haack
libro inédito: La carta de pasar en silencio (Pretextos) Milagro Haack. 2000-2007.